El Partido Republicano es la fiesta de Donald Trump. Si hubo dudas al respecto, las encuestas recientes -que muestran al presidente con niveles casi récord de respaldo de los votantes republicanos- confirman el hecho.
El caso de Trump, por supuesto, es un poco diferente. Se le opusieron públicamente algunos miembros de su propio partido a lo largo de las primarias de 2016 e incluso en las elecciones generales.
Desde que se convirtió en presidente, Trump se ha enfrentado a una feroz resistencia de los demócratas. La mayoría de los independientes no están impresionados por su administración.
Según una reciente encuesta de Gallup, el apoyo de Trump entre los miembros de su propio partido en la marca de 500 días de su presidencia alcanza el 87%, solo por detrás del 96% de George W Bush, que llegó nueve meses después del World Trade Center del 11 de septiembre ataques.
Un puñado de otros presidentes desde que la encuesta comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, George HW Bush, John F Kennedy, Dwight D Eisenhower y Richard Nixon, también estuvieron en los 80, estadísticamente hasta la marca de Trump.
